A continuación, se presenta uno de muchos de los casos, que explica porque en Venezuela existe el «Mito del Gas»; que presenta al país como una potencia del mismo ante el mundo

En tiempos recientes del trascurrir del siglo 21 se han dicho y hemos escuchado distintas y diversas opiniones acerca del gas natural en el país, cuyo análisis nos lleva a explicar la situación del mismo.

Se han planteado planes faraónicos del desarrollo gasífero; a través de proyectos para la exportación y producción para el consumo interno en el país, de hecho, todo esto basado dentro de un marco jurídico algo agresivo y si se quiere contrario, al resto de las legislaciones en el ámbito de los hidrocarburos y energético en general.

La ley promulgada en el año 2000, por la asamblea nacional vigente, para el desarrollo integral y energético del gas como hidrocarburo y recurso natural, surgió como una realidad liberal y tangible que entusiasmó al ambiente internacional del sector, inscrita en una serie de condiciones distintas y discursos nacionalistas en extremo para todo el desarrollo y los planes nacionales.

La ley en cuestión, permite que cualquier empresa o consorcio que se constituya para exploración y/o producción del gas natural en el país puede ser 100% de capital y propiedad privada, nacional o internacional. Sin embargo, en la evolución y desarrollo del sector no se utilizaron estas capacidades que ofrecía la ley y el marco jurídico mencionado.

Fue inmediatamente a la promulgación de la misma que se realizó una licitación internacional, en una reserva de gas libre llamada “Plataforma deltana”, en Delta Amacuro – Venezuela, donde se ofertaron 4 bloques, con un resultado poco exitoso; de los 4 bloques solo hubo ofertas por 2, uno por la empresa Chevron (americana) y el otro por Statoil (Noruega), quedando desiertos los 2 restantes.

El detalle en esta ocasión, lo cual refleja el Mito del Gas, es que PDVSA suscribió entre el 60% y 70% de la propiedad en cada una de las ofertas, lo cual desincentivó la inversión privada. Ya que aún cuando corresponde a PDVSA aportar el capital necesario con respecto a su porcentaje, esta no contaba con dichos dividendos para impulsar el desarrollo. Y así, simplemente no se realizaron las inversiones necesarias hasta la fecha, y no hay gas disponible de la plataforma deltana; lo cual ilustra el mito del gas y explica en gran parte la escasez del mismo en el país para todos sus usos domésticos e industriales.